| Nota de contenido |
Esta obra aborda, desde una sólida perspectiva académica, un tema histórico-religioso que la televisión ha tratado recientemente con un criterio sensacionalista. Me refiero al Evangelio de Judas, que otorga una visión positiva sobre su rol junto a Cristo.<br/><br/>El autor, Francisco García Bazán, es la mayor autoridad en la Argentina sobre los textos sagrados antiguos, reconocido internacionalmente por sus conocimientos en esta materia.<br/><br/>Es gran conocedor del cristianismo primitivo de cuño gnóstico, al que ha dedicado varias obras, entre ellas, la Gnosis Eterna.<br/><br/>Este conocimiento le permite analizar con sentido crítico el llamado Evangelio de Judas, que integra los Evangelios Apócrifos o no oficiales, producto de los cristianos gnósticos de los primeros tiempos.<br/><br/>Explica cómo dentro de esta corriente tuvo lugar un enfrentamiento entre los discípulos de este apóstol y los de San Juan Evangelista, en cuyo Evangelio introdujeron el relato de la traición de Judas, que era el único de los doce Apóstoles judío, ya que los demás eran samaritanos.<br/><br/>Pero esta interpretación parte de una actitud de imparcialidad, que analiza las fuentes canónicas de la Iglesia Católica, junto con las cristianas no canónicas y las profanas.<br/><br/>En el Epílogo el autor aporta una novedosa visión sobre el pensamiento del Papa Benedicto XVI, que se contrapone a su imagen conservadora, generada por hechos como el retorno a la misa en latín.<br/><br/>Dice que “con una prudente combinación de prudencia y osadía, pero con inocultable valentía intelectual, tanto en su primera Encíclica Dios es Amor, como en las homilías de Catequesis de los miércoles dedicadas a los primeros protagonistas de la construcción de la Iglesia de los comienzos (...), está siendo capaz de orientar hacia esta transformación de los estudios en relación con la predicación la historia de la Iglesia”.<br/><br/>El autor fundamenta esta afirmación en cinco citas de palabras públicas de Benedicto XVI.<br/><br/>En la primera, del 5 de junio de 2006, plantea la duda acerca de si en un pasaje San Juan es el discípulo predilecto, manifestando que los expertos discuten el tema, proponiendo dejar a los exégetas que la aclaren; una semana después, al referirse a la identificación de Santiago el Menor con Santiago hijo de Alfeo dice que “entre los estudiosos se debate la cuestión de la identificación de estos dos personajes que tienen el mismo nombre”; al referirse a Tomas el Mellizo el 27 de setiembre del año pasado, dice que “De hecho en su nombre fueron escritos después los Hechos y el Evangelio de Tomás, ambos apócrifos, pero en cualquier caso importantes para el estudio de los orígenes cristianos”; menciona la relativa ambigüedad con la cual el 18 de octubre se refirió a la traición de Judas Iscariote, afirmando que, aunque no hay una revisión explícita de su rol, las circunstancias se están mostrando propicias para el cambio de perspectiva. Finalmente, el 14 de febrero del año en curso, el Papa reconoce la capacidad de las mujeres de profetizar, es decir, hablar abiertamente bajo el influjo del Espíritu Santo, interpretando en este sentido un pasaje de San Pablo.<br/><br/>García Bazán plantea que su libro se inserta en la “interacción activa entre investigación y magisterio”, que en su opinión es incitada y no rechazada desde el mismo Vaticano.<br/><br/>Este libro resulta así de gran interés para poner en adecuada perspectiva la irrupción que está teniendo en los medios de comunicación de todo el mundo el superficial cuestionamiento a las interpretaciones tradicionales y canónicas sobre los orígenes del cristianismo.<br/><br/>Por Rosendo Fraga |